“No sea como Yo quiero, sino como Tú”

“No sea como Yo quiero, sino como Tú” -Mateo 26:39

Esta es la noche de la traición. Judas Iscariote está dirigiendo a los guardias al lugar donde Jesús y los discípulos acostumbraban pasar tiempo cuando estaban en Jerusalén. Esas últimas horas que le quedaban al Señor en libertad estarían por terminar.

Lo que le esperaba al Señor era sin precedente, pues nadie había hecho lo que Él estaba a punto de hacer; dar Su vida en sacrificio por el pecado. El Señor había venido en carne y estaba pasando por un proceso mental y espiritual bastante intenso. Aunque Él sabía que tenía que dar Su vida en la cruz, no obstante tenía que pasar por la experiencia de los sufrimientos que eventualmente lo llevarían a experimentar la muerte.

Es en esos momentos intensos que le dice a Su Padre “si es posible, pase de Mí esta copa”. La naturaleza humana del Señor es la que está sufriendo la anticipación a la traicion y la crucifixión. No fue que el Señor quería escapar de lo que sabía tendría que hacer, pero sí vemos que el Señor sí quiso otra vía.

Pero, juntamente con ese pedido el Señor supo reconocer que Su deseos tenía que ser sujetado a la voluntad De Dios. Aprendemos del Señor que no importa por lo que estemos pasando en la vida, tenemos que aprender a sujetar todo a la voluntad De Dios.

Jesús nos enseña que la voluntad De Dios es lo más importante en la vida. La Biblia dice que la voluntad De Dios es agradable y es perfecta (Rom 12:2). Es mucho mejor, entonces, que anhelemos la voluntad De Dios sobre la nuestra.